El fútbol de élite moderno es cada vez más exigente en cuanto al número de partidos disputados durante la temporada, lo que agrega una carga física y mental adicional a los jugadores. Un equipo europeo de primer nivel solía jugar alrededor de 50 partidos en la temporada 2008/2009, y este número aumentó a alrededor de 60 en la temporada 2018/2019. Adicionalmente, para los jugadores más destacados, también tenemos que sumar los partidos amistosos, así como los partidos internacionales para todos ellos. Esto puede resultar en más de 70 partidos jugados por temporada. El estudio de lesiones de clubes de élite de la UEFA con 36 de los mejores clubes europeos informaron de un aumento de 2,5 veces en el tiempo de entrenamiento y partidos entre 2001/2002 y 2013/2014, y esto constituye una carga de trabajo elevada para los jugadores.
Hace pocos meses se publicó un editorial (Nassis y col, 2020; Scand J Med Sci Sports 30:962; doi: 10.1111/sms.13681) en el que los autores abordan lo que en el futuro inmediato podrían ser los cambios en la preparación física de los jugadores en los próximos años de acuerdo con las nuevas exigencias fisiológicas, así como plantear los desafíos médicos y fisiológicos, que implicarás a áreas como la nutrición.
Se espera que los cambios tácticos en los partidos y las nuevas iniciativas organizativas lanzadas por la FIFA tengan un impacto masivo en las demandas fisiológicas y psicológicas de los jugadores. El número de partidos jugados probablemente aumentará sustancialmente en un futuro próximo como consecuencia de la nueva ordenación FIFA de copa mundial en el 22, ampliación de la FIFA Club Word o a partir de 2026 la Copa Mundial de la FIFA con 48 equipos. Estos cambios, más el mayor número de eliminatorias en los torneos de la FIFA, supondrán un desafío fisiológico individual y de la preparación colectiva de los equipos.
Cambios tácticos: ¿rendimiento o salud?
Es probable que el fútbol se juegue a velocidades más altas en el futuro con periodos más densos de esfuerzos de alta intensidad. Suponiendo una tendencia similar en el futuro, de la observada entre 1966 y 2014, la velocidad del juego aumentará en un ~ 5% entre 2010 y 2025 y en ~ 7% en 2030, alcanzando un valor de alrededor de 9,8 m/s. El número de pases por minuto puede aumentar a más de 16 en 2030 desde 10,7 en 1966 y 14,7 pases/min en 2010. En cuanto a la distancia recorrida en el partido, los datos de la Premier League entre 2006/2007 y 2012/2013 mostró una elevación de ~ 20% (~ 3% de aumento por año) en la distancia recorrida a alta intensidad y un ~ 50% de aumento en el número de acciones de alta intensidad. La distancia total de sprint aumentó en 8% en el mismo período. Suponiendo una tendencia comparable para la temporada 2013/2014 y más allá, se esperaría un aumento adicional de >40% en la distancia recorrida en carreras de alta intensidad en 2030 en comparación con la recorrida durante la temporada 2012/2013.
Para ganar, los equipos aplicarán más presión y más avanzada, replegando más rápidamente e incrementando los contraataques con carreras de velocidad multijugador coordinadas. Las posiciones de juego con menos esfuerzo físico en el fútbol de élite de 2020, defensores centrales y los porteros, se espera que contribuyan más, con los defensores centrales asumiendo un papel más activo en el ataque, y con porteros más activos en el inicio de los ataques. En conjunto, los jugadores cubrirán más distancia a altas velocidades y ejecutarán un mayor número de pases y tiros.
Ambos componentes pueden aumentar el riesgo de lesiones musculares. Además, suponiendo mayor exigencia en entrenamientos con tareas más intensas y prolongadas, añadiendo una mayor participación en los medios de comunicación de los jugadores de élite, el riesgo de fatiga mental será elevado.
Consideraciones para abordar estos cambios
Los jugadores de fútbol tendrán un tiempo limitado para recuperarse en el futuro debido a la mayor frecuencia de partidos, lo que aumentará el riesgo de lesiones.
Para proteger a los jugadores, podemos considerar lo siguiente:
- Reclutamiento de jugadores. Fichar a los mejores jugadores para cada puesto que avalen alta resistencia mental y física, que garanticen en lo posible la elevada carga mental y física.
- Preparación física adecuada para las nuevas exigencias. Los jugadores deberán realizar con frecuencia simulaciones de partidos en los entrenamientos, con especial énfasis en la densidad de esfuerzos de alta intensidad (1-2 min).
- Establecer programas de bigdata, que incluyan algoritmos computacionales para individualizar el riesgo de lesión, con el fin de proteger a los jugadores de lesiones, especialmente de los isquiotibiales.
- Evaluar el riesgo de lesiones en tiempo real. Esto podrá ayudar en la toma de decisiones con respecto a la alineación y sustituciones durante el partido. La integración de datos recopilados con sistemas de seguimiento con microsensores en tiempo real utilizando algoritmos de inteligencia artificial, será un elemento esencial.
- Especialmente importante será aplicar óptimos métodos de recuperación. Deberán establecerse patrones de fatiga y protocolos de recuperación individualizada. Igualmente, la salud mental deberá ser abordada, y todas las estrategias basadas en evidencia científica deben implementarse para proteger la salud del jugador.
El fútbol desde un punto de vista médico y fisiológico va a cambiar sustancialmente en los próximos 10 años
Los futbolistas jugarán más partidos por temporada, a mayor intensidad en número de acciones y densidad de ejecución.
Los cambios en el juego impondrán un mayor conocimiento para abordar el mayor estrés fisiológico y psicológico, minimizando en lo posible la incidencia de lesiones.
Los equipos médicos deberán revisar y ajustar sus protocolos de actuación, con el fin de enfrentarse a un fútbol diferente.